Hablando técnicamente, fue una serie adolescente emitida desde 2008 a 2011, contando con 7 temporadas y capítulos de una hora. Hablando sentimentalmente, es una serie que marcó nuestra juventud y nos hizo ver que nuestras preocupaciones se retransmitían por televisión.
Durante esta cuarentena he aprovechado para ver esas películas que siempre había tenido pendientes pero nunca llegué a terminar. Lars von Trier es un director polémico y no todo lo que hace me gusta pero he de decir que estas dos películas han sido toda una experiencia. Lars von Trier es desde luego un director único desde un punto de vista estilístico y es cierto que al principio puede ser formalmente desconcertante pero creo que una vez te acostumbras a ese estilo, se convierte en un soplo de aire fresco dentro de las manidas convenciones hollywoodienses que pueblas las series contemporáneas a las que todos estamos enganchados.
Es bien sabido que desde hace algunos años Pedro Almodóvar no hace más que imitarse a sí mismo de manerra recurrente hasta llegar a la caricatura. Películas como Los amantes pasajeros (2013) no son más que un testimonio de como no basta con un director genial, tener mucho dinero de producción y un montón de actores famosos (e incluso buenos) para hacer una película que merezca la pena. Por suerte Dolor y gloria (2019) no llega a tales extremos.
El pasado ocho de marzo fue el Día Internacional de la Mujer y las calles se llenaron de personas (sobre todo mujeres, evidentemente) que reivindicaban una sociedad más justa en la que las mujeres tengan asegurados sus derechos reproductivos, en la que sus salarios no sean inferiores a los de sus compañeros, en la que el techo de cristal sólo sea un elemento arquitectónico y en el que las mujeres dejen de ser asesinadas por lo que son. Y muchas cosas más. Las calles de Madrid y de muchas otras ciudades del mundo cambiaron su color por el morado y el planeta se detuvo por un breve instante. El día ocho de marzo también se estrenó Capitana Marvel.
¿Cuántas veces hemos escuchado eso de “por ti hago cualquier cosa”? El típico “sin ti muero” o el tantas veces repetido “por amor todo vale”. Frases con las cuales hemos crecido creyendo que se corresponden al amor de verdad. Sin embargo, el amor romántico que nos han vendido durante todo este tiempo puede que no sea tan bonito y tan sano como pensábamos. Porque, ¿el amor justifica todo? ¿O no?
Empezamos el 2019 con el anuncio de nuevas series, una de ellas era El Embarcadero. Con tan sólo leer que sus creadores eran los mismos que los de La Casa de Papel, no se necesitó más publicidad que esa frase para generar interés y que el público la esperase con ansias. Pero ¿realmente es tan buena como nos han hecho ver?
Todas las opiniones que voy a escrbir en la introducción a este corto son mías y sólo mías y no tienen nada que ver con las opiniones que puedan tener al respecto del asunto ninguna de las personas que formaron parte del equipo que creó Versión 7.0.
Este cortometraje, en el que yo sólo participé como actor, se enmarcaba dentro de un concurso fílmico que tiene lugar todos los años en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Este concurso es organizado por la asociación de estudiantes Enfocando y puede participar cualquier grupo de alumnos que se inscriban.
Es curioso que los cortometrajes que más me gustan de todos los que hice en la carrera son aquellos que hice para asignaturas que, en principio, poco o nada tienen que ver de manera directa con el cine. Este cortometraje en concreto fue hecho para la asignatura de Comunicación Interpersonal, una optativa de cuarto que nadie quería coger salvo un par de frikis de la teoría de la comunicación que éramos yo y Raquel.
Cuando estaba en mi último año de carrera, tuve una asignatura llamada Guión. ¿en serio? ¿Tan tarde? Sí. Era una asignatura de tercero que me dejé para cuarto porque no quería convalidármela en el Erasmus. Mi último año fue un poco caótico. Asignaturas de tercer y cuarto mezcladas, horarios de basura (había días que tenía un hueco de siete horas entre la clase de la mañana y la de la tarde) y un TFG amenazante.
Siempre he visto cómo se adaptaban novelas al cine. La adaptación de narraciones que originariamente se encuentran escritas en libros ha sido un leitmotiv del séptimo arte desde sus torpes inicios a finales del siglo XIX. Así que cuando me propuse convertir uno de mis poemas en un cortometraje para la asignatura Estética Musical era muy consciente del reto que tenía por delante.
Sofifilia 