La crítica cultural

Apocalípticos e integrados frente a la modernidad líquida: Eco, Martel, Carey y Bauman

El texto que voy a reproducir a continuación es una trabajo de investigación que realicé hace ya unos años cuando estaba cursando mi Máster de Gestión Cultural y de Industriar Creativas. Si bien las ideas que expongo las he ido refinando con el tiempo, el núcleo principal de mis convicciones estéticas no ha cambiado. De hecho, cuanto más pasa el tiempo y más observo lso estragos que la posmodernidad (y su reacción contraria) provocan en las redes morales y estéticas de la sociedad, más me convenzo de que pretender sustentar nuestra realidad en los subjetivo es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta la humanidad en este momento.

Al tratarse de un trabajo académico este texto es muy diferente de lo que suelo publicar en el blog. Se trata de una entrada mucho más técnica, con citas directas de textos, bibliografía y un lenguaje mucho más científico y objetivo que el cuelo usar normalemente ya que este blog siempre ha estado orientado más a la expresión personal que a la disquisición académica. También es una entrada mucho más extensa.

He decidido dar el paso a publicar este trabajo aquí porque, como bibliotecario, creo en la libre distribución del conocimiento. Por otro lado, es uno de los trabajos que he hecho a lo largo de mi vida universitaria que más orgullo me merece y que aborda una serie de temas que ya he tratado en este blog en alguna otra ocasión. Llegó el momento de recuferar la sofía en Sofifilia.

Os dejo con el texto:

EL MUSGO QUE CUBRÍA LA PIEDRA

Descubriendo la tumba de Enrique Soms y Castelín

Hay veces en la vida que el universo parece conspirar para producir situaciones tan repletas de casualidades que no puedes evitar mirar hacia el cielo buscando una fuerza invisible que explique la improbabilidad del suceso. Es lo que la filosofía popular llama estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y es lo que me pasó el otro día.

PECES DE TRES OJOS

Un relato sobre Madrid

Este relato lo escribí para un concurso literario al que me presente y que no gané. Me gustaría aprovechar este espacio para expresar mi disconformidad con los concursos literarios en los que el ganador no es elegido por un jurado, sino por los votos de la gente. No se trata de que crea que mi relato es tan bueno que habría ganado de haber sido un jurado el responsable, no se trata de eso. Pero lo que no me gusta es que el premio de un concurso de literatura se decida por votación. No es necesario estar diplomado en Ciencias Políticas para entender que la gente no siempre vota usando criterios racionales. De hecho, en muchos concursos veo como relatos horrendos se llevan miles de votos debido a que la persona tiene muchos amigos que votan por su texto sin haberlo leído y personas que escriben cosas interesantes que son totalmente ignoradas. También es muy común ver a gente votándose a sí misma y gente que no se vota a sí misma y vota a sus competidores poruqe lo que les interesa no es ganar a toda costa. También he visto gente triunfar generando polémica y haciendo que todos hablen de sus relatos. Creo que si estos concursos se encargasen a un jurado profesional podríamos ahorrarnos tan lamentable espectáculo. Lo masivo hace tiempo que dejó de significar lo mejor. Dicho lo cual, os dejo con el relato:

EL ALGARROBICO

Terrorismo ecológico en la costa de Almería

Esta semana santa tuve el placer de pasar mis vacaciones en Almería. Para aquellos que no lo sepan, Almería se encuentra en la región suroriental de la Península Ibérica y es una de las provincias que componen la Comunidad Autónoma de Andalucía. Si bien no tiene los grandes monumentos históricos de Sevilla, Granada o Córdoba, Almería es una provincia con un carácter y belleza propias y todos aquellos que hayan estado en Mojácar y sus inmediaciones saben a lo que me refiero.